El amor a sí mismo se cultiva. Es cómo enamorarse. Uno crea una relación amorosa. Se va conociendo. Se va entendiendo. Se va aceptando. El Amor crece poco a poco, alimentado por el cada día. Crece la confianza. Crece la paz, la tranquilidad. Ya nos conocemos, nos aceptamos las mañas. Nos permitimos ser. Con las imperfecciones. Con las dificultades. Sabemos estar para el otro que somos nosotros mismos. Damos presencia, seguridad, estabilidad.
Así somos amorosos, profundos y consistentes con nosotros mismos; cada día estoy aquí para ti. Cada día te quiero. Cada día te acompaño. Cada día estoy.
Con eso nos relajamos. Sentimos seguridad. Nos da felicidad.
El amor se construye. Igual que una relación amorosa, nos entregamos a amarnos. Cultivamos el amor, nos damos tiempo, nos damos presencia, compañía, solidez, estabilidad. Aprendemos a confiar en nosotros mismos.
Y eso nos da alas para volar!
El amor a nosotros mismos nos permite ser el hermoso ser que somos!
Mucha expansión, mucha felicidad, mucha libertad!
Ale